«La firme convicción de la fiscal Goyeneche y su arduo trabajo investigativo permitió arribar a una sentencia condenatoria contra el exgobernador de Entre Ríos. La respuesta ante tanta valentía fue destituirla», sostiene Sergio Bruni en esta nota.

El Jurado de Enjuiciamiento de la Provincia de Entre Ríos destituyó el lunes pasado a la procuradora adjunta Cecilia Goyeneche. Ha sido una decisión que daña irreparablemente a las instituciones republicanas.

Las presentaciones contra la Fiscal Anticorrupción se dieron, «casualmente», después de que se pidiera la elevación a juicio de la causa contra el exgobernador Sergio Urribarri y avanzaron mientras Goyeneche conducía la acusación del megajuicio por corrupción que terminó con el Urribarri condenado a ocho años de prisión.

La Corte Suprema de Justicia, por unanimidad, había emitido el pasado 10 de mayo un dictamen a favor del amparo que Goyeneche había presentado con el fin de denunciar irregularidades en el jury que se desarrollaba en su contra.

Goyeneche dijo que el jurado de enjuiciamiento apuró el fallo. «Veo que aceleraron una semana. Tenían miedo de que la Corte intervenga», indicó. Para la fiscal, la resolución del jury «es la consumación de un golpe dado por la corrupción en un proceso tendiente a mantener el estatus quo en la provincia».

El exgobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, se refirió a la situación de la suspendida Procuradora Adjunta y Fiscal Anticorrupción: «Es hora de que se termine de una vez por todas este circo mediático. A sacarse las caretas y si quieren hacer política, háganlo como corresponde: vayan en una boleta. Es decir, el que investiga se transforma en un arlequín mientra el sospechado de haber incurrido en graves delitos acusa a sus acusadores con argumentos baladíes.

El juicio político que enfrentó Goyeneche estuvo relacionado por su investigación en la causa de los «contratos truchos» de la Legislatura de Entre Ríos. Según la fiscal, la estafa asciende a 50 millones de dólares a través de contrataciones simuladas de numerosos empleados de ambas Cámaras. Pero la funcionaria fue acusada de mal desempeño y le abrieron un proceso con el argumento de no haberse excusado en la causa cuando descubrió que un amigo de su esposo había sido socio de uno de los imputados. Ese supuesto amigo, término ambiguo si los hay, corrió una suerte similar a la del ex gobernador, ¿dónde estaría entonces el mal desempeño?

«La razón claramente es una suerte de venganza, revancha y a la vez adoctrinamiento de los potenciales fiscales para que no se investigue la corrupción. Es un castigo», había afirmado en su momento la fiscal.

Sin dudas, es, además, una clara advertencia para no investigar al poder polìtico a futuro. Fiscal que investiga fiscal que correrá la misma suerte que Goyeneche. O peor aún, como sucedió con el Fiscal Nisman. En ambos casos, el objetivo del poder político es disciplinar a los operadores judiciales para que no investiguen causas que molestan al poder de turno.

De acuerdo a Goyeneche, «los directores de los servicios contables de la Legislatura de Entre Ríos ya preveían al inicio de año cuánto iba a ser el dinero que pretendían sustraer de las arcas públicas. Entonces contrataban personal temporario. Si pretendían sustraer 10 millones por mes al valor de 50 mil por contrato dividían 10 millones por 50 mil y allí decidían la cantidad de contratos que tenían que hacer», relató. Y agregó: «Llegaron a tener en algunos períodos hasta 600 contratos». Para ello utilizaban a personas humildes a quienes, en el mejor de los casos, les daban el 10% del valor total.

La firme convicción de la fiscal Goyeneche y su arduo trabajo investigativo permitió arribar a una sentencia condenatoria contra el exgobernador de Entre Ríos. La respuesta ante tanta valentía fue destituirla.

Una vez más el poder K mancha con arbitrariedades y tropelías a la justicia independiente que lucha contra la corrupción en el país.

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