Notas de Opinión, Prensa ; 1 enero, 2022 a 12:26 pm

En esta columna, Sergio Bruni considera que «ha sido una correcta decisión haber firmado el Consenso Fiscal, es sólida la decisión desde el punto de vista estratégico pensando en lo mejor para Mendoza».

Si no quieren escuchar, es difícil dialogar

El lunes pasado, se firmó el llamado Consenso Fiscal, entre la Nación y 23 gobernadores de provincias.

Tanto el ministro de Hacienda de Mendoza, Víctor Fayad como el gobernador Suarez, han explicado con detalles, no solo que se firmó sino también, que, aunque habilita dicho Consenso a aumentar impuestos o a crear nuevos, como el impuesto a la herencia, en Mendoza esto no sucederá. Claramente tal acuerdo fiscal apunta a que a que las decisiones que se tomen sean en un marco de estabilidad jurídica y que garanticen una armonización tributaria.

Puede entenderse que el periodismo dude que así suceda en los hechos, dudar es parte de ese honorable oficio en el marco de una república saludable.

Puede entenderse que miren esos compromisos del gobernador Suarez con cierta desconfianza algunos sectores de la población de Mendoza. Es parte de la esencia del modo democrático de convivencia.

No puede entenderse en cambio, ni las dudas ni las críticas que vienen de la política, porque tales actores, mejor que nadie, debieran saber que una mentira de esa envergadura puede ser letal para la destacada gestión que viene haciendo el gobernador Suarez. ¿Se proyectaran los que critican?

Los actores políticos debieran saber y muy bien (de lo contrario es poco seria y malintencionada la crítica) que dicho acuerdo fue firmado porque convenía a Mendoza y por ende a los mendocinos, ya que en dicho Consenso Fiscal firmado con vigencia por el año 2022, se establecieron mecanismos muy beneficiosos para la renegociación de deudas que permitirán un importante alivio al tesoro de la provincia.

Por otra parte, el Consenso Fiscal que se firmó fue avalado por la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio a nivel nacional, como así también, avaló que CABA no firmara, porque tiene en proceso una demanda judicial contra la nación por los fondos arrebatados a Rodríguez Larreta al comienzo de la gestión de Alberto Fernández.

En la línea de seriedad en la reflexión que tal acuerdo firmado exige, no es válido sostener que Mendoza «renunció» a posibles juicios contra la nación por deudas preexistentes. Es falaz absolutamente, durante el año 2022 Mendoza podrá renegociar deudas, pasado el 2022 y durante la propia gestión del actual gobernador Suarez, podrá iniciar los juicios contra la nación que corresponda.

A todas luces, ha sido una correcta decisión haber firmado dicho Consenso Fiscal, es sólida la decisión desde el punto de vista estratégico pensando en lo mejor para Mendoza.

El teorema de Baglini una vez mas aparece en escena: Criticar sin tener responsabilidad de gestión resulta simpático, pero, esa crítica es tan popularmente simpática, como altamente irresponsable.

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