El autor de la ley antitabáquica provincial, recientemente sancionada, analiza estadísticas sobre esta adicción y los costos de las enfermedades que provoca. |
Sergio Bruni Senador provincial de la UCR El tabaquismo es la principal causa de muerte prematura evitable en el mundo. Es responsable de 5.000.000 de muertes anuales, cifra que podría duplicarse en el 2030 de no mediar acciones para contrarrestar la situación. Se observa un claro desplazamiento de la epidemia hacia los países de menor desarrollo y hacia aquellas naciones que poseen regulaciones débiles a los productos del tabaco. La situación en Argentina es aún alarmante, si bien en el 2004 se observó una disminución en el consumo respecto de las encuestas anteriores. Actualmente fuma el 34% de la población adulta, el 23% de los adolescentes de 12 a 14 años y el 40% de los de 15 a 18 años, con un claro predominio femenino en edades tempranas. Cada año mueren 40.000 argentinos debido a enfermedades directamente relacionadas con el consumo de tabaco. La situación de Argentina es igualmente alarmante en cuanto al tabaquismo pasivo y a la escasa implementación de ambientes libres de humo. Nuestro país tiene los niveles más elevados en América Latina de exposición al humo de tabaco ajeno y en la mayoría de los hospitales se fuma a pesar de la legislación vigente que lo prohíbe. La encuesta de tabaquismo del 2004 en grandes ciudades muestra que el 67% de la población está expuesta en los hogares y el 90%, en otros ámbitos. El problema del tabaquismo en Argentina resulta paradójico: alta prevalencia, altas tasas de mortalidad y altos costos para el sistema de salud y sin embargo, a pesar de haber tratamiento efectivo y costo efectivo, se fuma en los hospitales y no se cuenta aún con cobertura para los tratamientos de la cesación. La prevalencia de consumo entre los profesionales de la salud es similar a la de la población general. Esto muestra la falta de conciencia que existe en el equipo de salud sobre la problemática del tabaco. Los aspectos económicos del tabaquismo son objeto de atención por parte de los gobiernos, por las profundas consecuencias que tiene esta adicción sobre la salud colectiva y el sistema de salud. Hay aproximadamente 1,4 billones de fumadores en el mundo. De cada cuatro fumadores, dos mueren por tabaquismo y uno de ellos pierde la vida en edad temprana. Las edades más vulnerables son de 35 a 54 años. Se estima que unos 5 millones murieron en el año 2000 como consecuencia de las enfermedades atribuibles al tabaquismo, principalmente cáncer de pulmón, enfermedad isquémica del corazón, accidente cerebrovascular y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. De ellos, 500.000 eran de América Latina. El valor total (incluyendo el gasto de bolsillo y los efectos del tabaquismo pasivo) del gasto del tratamiento para las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco en todos los subsectores fue de $4.330.896.653, representando el 15,56% del gasto total en salud. Esta cifra es francamente superior a lo percibido por el Ministerio de Economía de la Nación, en concepto del conjunto de impuestos (IVA, internos, adicional del cigarrillo y fondo especial al tabaco), que fue de 2.500.000.000/año 2003 (Fuente: Subsecretaría de Ingresos Públicos, Ministerio de Economía de Nación). El gasto total en salud en el año 2003 fue de $27.833 millones y el gasto de bolsillo (desembolso directo de familias), fue de $9.403 millones (30%). El costo directo de la atención médica del fumador pasivo (10% de aquellos atribuibles al tabaquismo directo, conforme estudios recientes, entre otros el de Philip Morris) fue de $309.349.755 La prevalencia del tabaquismo (uso actual) es alta en los países del cono sur (alrededor del 40% en adultos y 25% en adolescentes); media en países como México (26% en adultos y 10% en adolescentes), y relativamente baja en los países del Área andina como Colombia (18% en adultos y 4% en adolescentes). La prevalencia en Argentina se encuentra entre las más altas de la región (40% en el año 1999) llegando en algunos sectores al 45,66% entre hombres en la edad económicamente activa. A partir de las acciones legales llevadas a cabo en los Estados Unidos y Canadá contra compañías tabacaleras, éstas han extendido sus actividades a otros mercados compensando las posibles pérdidas económicas en sus países de origen. Hoy en día, dos empresas controlan más del 90% del mercado de cigarrillos en América Latina. Como ha ocurrido en otros países, las campañas publicitarias de cigarrillos están enfocadas hacia los jóvenes, lo cual permite incrementar el número de consumidores por más tiempo. En la mayor parte de los países de las Américas más del 70% de los fumadores comienzan a hacerlo antes de los 18 años. La mayoría de los estudios publicados de costos no incluyen el efecto del tabaquismo pasivo. Sin embargo, la evidencia científica sobre los efectos deletéreos del humo de los demás empezó a ser contundente a principios de los ’90 y fue entonces cuando los estudios de costos empezaron a considerar sus efectos. Hay trabajos recientes que estiman que el 10% de las defunciones debidas al tabaquismo directo son atribuibles al tabaquismo pasivo. Un estudio ha calculado la proporción de la morbilidad infantil total atribuible al humo ambiental, cifrándola en 60% para asma infantil y bronquitis crónica. Otros estudios han comenzado a valorar el impacto económico en diversas poblaciones, mostrando que los no fumadores adultos expuestos en el trabajo usan los servicios de salud entre 20% y 30% y se ausentan del trabajo 50% más que los no expuestos. Otro estudio en niños muestra un costo directo por atención médica 14% superior entre los expuestos en un hogar con un fumador y 25% superior en un hogar con dos fumadores, en comparación con niños de hogares libres de humo. No se puede desconocer, por lo demás, que el fenómeno del tabaquismo no se manifiesta de igual manera en hombres y en mujeres. Se han advertido claras diferencias tanto en las causas que inducen al inicio del consumo como en las mismas pautas de consumo, así como en el mantenimiento de la adicción, en la respuesta a los tratamientos, en la dificultad de abandono y en las tasas en la recaída, y es evidente el mayor impacto negativo para la salud de las mujeres. Es por ello que se hace necesario contemplar la perspectiva de género en todas y cada una de las estrategias que se desarrollen para el abordaje del tabaquismo, al objeto de eliminar aquellos factores que propician una situación desigual de oportunidades para disfrutar de salud, discapacitarse o morir por causas prevenibles. Por otra parte, la interacción con la especial fisiología de las mujeres y sus procesos reproductivos añade riesgos específicos. Hace varias décadas que se conoce que la nicotina y el monóxido de carbono durante el embarazo son responsables de una mayor propensión al aborto espontáneo, a la mortalidad perinatal, así como a una reducción de peso en el recién nacido. La exposición de la mujer gestante como fumadora pasiva al humo del tabaco presente en el ambiente provoca nocividad sobre el feto. Se han planteado políticas de restricción al consumo de tabaco tanto en nuestro país como en el resto del planeta. Estas políticas de control están implícita o explícitamente basadas en la necesidad de reducir el impacto sanitario y los costos generados por el consumo. Para ello, los gobiernos usan los instrumentos de políticas a su alcance para regular la demanda y la oferta de los productos del tabaco. Restricción a la publicidad, prohibición de consumo en lugares públicos, restricción al consumo de tabaco en lugares privados de acceso público. Recientemente se han sancionado leyes que limitan el consumo de tabaco en la provincia de Córdoba y Capital Federal, las que tienen por finalidad disminuir el consumo de cigarrillos y las consecuencias no deseadas respecto de los fumadores pasivos. En cuanto a nuestra provincia, podemos citar una ordenanza sancionada en la Ciudad de Mendoza. La misma establece duras sanciones para quienes no cumplan con la ordenanza; no sólo se multará a quien esté fumando, sino también a los propietarios de estos lugares. Legislamos con el objetivo de establecer la restricción del consumo. Nuestra propuesta consistió en modificar la legislación vigente, terminando con las excepciones entre locales diferenciados, instituyendo ámbitos de actuación concretos de la autoridad de aplicación, instaurando responsables directos de hacer cumplir la misma, y que aplique las sanciones respectivas. Recuperar los espacios libres de humo de tabaco no significa sólo establecer ámbitos que preserven la salud de los no fumadores, sino por el contrario, apuntan substancialmente a desalentar a los consumidores, quienes, paradójicamente, mayoritariamente apoyan este tipo de iniciativas. |
url: http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2007/06/24/nota151171.html
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