Notas de Opinión, Prensa ; 18 agosto, 2013 a 3:29 pm

En las últimas elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, distintos precandidatos que pugnaban por un lugar en las próximas elecciones de octubre hacia la renovación de bancas del Congreso de la Nación se postulaban como los representantes de la mano dura, esto es, como una especie de superhéroes de la justicia en la lucha contra el delito.

Años atrás, sufrimos ya uno de los peores gobiernos para Mendoza, cuando la mayoría de los mendocinos creyeron en el tristemente célebre mapa del delito, oferta electoral de quien luego llegase a ser Gobernador de nuestra provincia, Celso Jaque.

Pero, hoy en día, quienes se vestían de acérrimos enemigos de los criminales, esgrimiendo a diestra y siniestra sus filosas frases contra delincuentes de todo tipo y condición, recibieron un duro golpe electoral. El resultado nos indica que los que cayeron en el facilismo discursivo, utilizando un flagelo social como la inseguridad como único estandarte de campaña, encarnaron la derrota de la mano dura como expresión a la hora del voto fácil.

Seguramente, esos mismos políticos deberán esforzarse, de cara al futuro, en la construcción de un discurso más concreto y profundo, para convencer a un electorado que ya no cree en frases grandilocuentes y rostros recios. Quién decide delinquir no se detiene en su carrera por frases o caras amenazantes.-

En varias publicaciones de ésta misma columna venimos planteando que, en la órbita de seguridad, deben abordarse de manera urgente dos acciones: regresar a una verdadera política de estado y actualizar los paradigmas sobre la materia.

Por supuesto que es el camino más difícil y complejo, pero con certeza será el que nos asegure los resultados que el ciudadano común reclama.

En relación a la primer acción propuesta, podemos afirmar que desde el Gobierno de la Provincia no se ha convocado a la oposición a participar en una propuesta de seguridad que la coloque en el marco de política de Estado, ni tampoco se han actualizado ni revisado las acciones que el Ministerio de Seguridad y el Gobierno de Mendoza llevan adelante. Mientras tanto, las estadísticas delictuales siguen mostrando variables en franco crecimiento, paralelamente al hecho de que los complejos carcelarios están encontrando su límite en el alojamiento de internos.

¿Cuál es la razón de esta inactividad? El equipo de seguridad del gobierno actual pertenece a la gestión pasada, la misma que generara la expectativa del “mapa del delito”. Es obvio entonces el por qué de la necesidad urgente de una oxigenación significativamente superior a la generada por el simple cambio del Director de Seguridad. No se trata de cambiar funcionarios se trata de cambiar políticas y programas correctamente ejecutados.

Es ésta, la cartera de seguridad, el área con mayor presión y expectativas de éxito volcadas por nuestra sociedad. Esa expectativa sumada a los discretos resultados, generan un desgaste que, en lugar de motivar a sus integrantes, termina por socavar el convencimiento en lo que se hace, conduciendo hacia una pérdida paulatina de liderazgo de sus autoridades. Convocar a la oposición en la construcción de una nueva política de Estado y renovar los paradigmas en materia de seguridad, le otorgarían a ese equipo el oxígeno suficiente para lograr resultados más cercanos a las demandas sociales.

Ahora bien, cuando hablamos concretamente del cambio de paradigma en seguridad estamos refiriéndonos a varios puntos, fundamentalmente relacionados al aspecto preventivo.

De esta manera debemos buscar constantemente la promoción de políticas de prevención del delito, siguiendo las recomendaciones de instituciones supranacionales que las entiende como “estrategias y medidas encaminadas a reducir el riesgo de que se produzcan delitos y sus posibles efectos perjudiciales para las personas y la sociedad, incluido el temor a la delincuencia, y a intervenir para influir en sus múltiples causas” (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2007).

Las políticas responsables y eficaces de prevención del delito mejoran la calidad de vida de todos los ciudadanos, reduciéndose también los gastos relacionados con el sistema formal de justicia penal, como también otros costos sociales resultantes de la delincuencia.

En este orden de cosas, es también interesante la puesta en valor de la participación de la comunidad y las asociaciones, convirtiéndose en instrumentos relevantes dentro del concepto de prevención del delito.

Por ello, entendemos que se deben incorporar acciones decididamente relacionadas sobre la actividad del narcotráfico, de las pandillas urbanas, de las bandas armadas, del delito cibernético, de las salideras bancarias, dotando de mayor relevancia e intensidad a la participación de la denominada inteligencia criminal, dentro del equipo abocado al área de seguridad.

Los hechos delictivos no suceden producto del azar, sino que se encuentran relacionados con actividades y sucesos previos. Sobre estos últimos deben actuar las autoridades a cargo de la inteligencia criminal, siguiendo protocolos actualizados, generando un mapa del delito serio y razonable, con información en permanente evolución, intercambiando datos con autoridades de otros Estados tanto provinciales como nacionales, infiltrando las bandas y pandillas a fin de conocer sus actividades, ya sea para limitar los probables perjuicios en las personas o en sus bienes, o desbaratarlas definitivamente.

En esta materia tanto la información como su almacenamiento son vitales. La inteligencia es una disciplina que emplea un método científico sustentado en la hipótesis, y que para poder avanzar en su cometido debe recurrir al auxilio de ciencias como la criminología, diferentes ramas del derecho, penología, criminalista, sociología, psicología, etc., necesarias para estudiar la naturaleza, extensión y causas del crimen; características de los delincuentes y de las organizaciones criminales, operatividad de las prisiones y otras instituciones carcelarias; índices de reincidencia y sus causas así como la prevención del delito en general.

Todo ello exige en forma urgente la adopción de tecnología de punta (la necesidad del sostenimiento de la instalación de cámaras de seguridad, y su correcto mantenimiento, es ejemplo de ello) y la capacitación permanente del personal abocado a la prevención y lucha contra la delincuencia en sus distintas y complejas formas.

Estas, como tantísimas otras medidas que pueden idearse, son las que nos conducirán a resultados positivos en la lucha contra la inseguridad. No lo lograremos con spots de campaña altisonantes ni con gobernantes que no convoquen a los distintos sectores involucrados en el tema. Las P.A.S.O, dieron su veredicto.por Sergio Bruni para Sitio Andino

Link Permanente: http://www.sitioandino.com/nota/87351-seguridad-las-p-a-s-o-dieron-su-veredicto-por-sergio-bruni-para-sitio-andino/

COMPARTIR

Comentarios


Su Nombre: (Obligatorio)

Su Mail: (Obligatorio)

Su Web


Seguime
noviembre 2025
L M X J V S D
 12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930