

Las crónicas históricas indican que entre 1925 y 1927 se desarrolló en China un proceso revolucionario que culminó con la masacre del movimiento obrero dirigido por el recién nacido Partido Comunista.
La reunificación China terminaba con la anarquía que dominaba el país desde la caída del Imperio, y se proclamaba la segunda República. Así, se enfrentaban la economía tradicional y la economía capitalista. En ese momento, la industrialización de China era incipiente en las zonas colonizadas, la sociedad del interior continuaba siendo campesina, con cultivos de subsistencia y dominada por grandes terratenientes. De esta forma, con el tiempo, el gobierno nacionalista se va convirtiendo cada vez más en una dictadura con tintes fascistas.
Los matices que comenzaban a perfilarse se fueron profundizando, tal es así que el ejército chino conducido por Chiang Kai-shek, de orientación económica liberal pero de conductas autoritarias, asesinó cerca de 40.000 sindicalistas. La persecución desatada contra militantes comunistas en las ciudades también recayó sobre intelectuales, estudiantes y en el campo, contra el movimiento campesino.
Mientras tanto, un joven dirigente del Partido Comunista, llamado Mao Tse Tung, se refugió en las montañas de la provincia de Hunan, formando una base revolucionaria. Considerados «bandidos comunistas», estos grupos soportaron la política de «cerco y aniquilamiento» del gobierno.
El 19 de octubre de 1934, miles de hombres que habían formado un gobierno comunista paralelo desde la base de Kiangsi, al sudeste del país, comenzaron la «Larga Marcha», la gran epopeya de la Revolución China. Durante un año, más de cien mil hombres, mujeres y niños, recorrieron a pie 12.000 km hasta alcanzar el norte del país, debiendo franquear 18 cadenas montañosas. Sólo 20 mil de los viajeros iniciales, lograron alcanzar la retirada estratégica que permitió la supervivencia de lo esencial del ejército rojo y del Partido Comunista.
Ése fue el inicio de la revolución China. Su final, la victoria sobre el ejército pro-occidental y pro-americano, que respondía al Partido Nacionalista Chino, dos décadas después y luego de superada la segunda guerra mundial.
A partir del liderazgo personalista de Mao Se Tung, China comienza una serie de políticas destinadas a lograr el crecimiento de la industria pesada del acero e incrementar considerablemente la producción agrícola. Sin embargo no todas tuvieron el éxito esperado, por el contrario, miles de ciudadanos murieron por el hambre, especialmente campesinos. Así comenzaron a generarse tensiones políticas de gran envergadura dentro del Partido Comunista Chino, con purgas y procesos destituyentes.
Mao, designado como Secretario General del PC Chino, resistía las reformas y contraatacaba con “La revolución cultural”. Sin embargo los procesos de transformación económica que se comenzaban a llevar a cabo fundamentalmente a partir de la llegada al gobierno del Presidente Deng Xiaoping, con la muerte de Mao en 1976 y la victoria de una facción sobre otra dentro del mencionado partido, son el puntapié inicial para un camino de apertura de la economía a la inversión directa extranjera y la participación de las grandes empresas multinacionales. Esas políticas, sumadas a su fuerza de trabajo, han convertido a la República Popular China en la segunda potencia mundial, incorporando al mercado de consumo cientos de millones de trabajadores, proyectándose hacia el futuro para ocupar un lugar de liderazgo a nivel global.
En distintas ocasiones, desde ésta columna semanal, hemos cuestionado ciertas acciones de gobierno llevadas adelante por la gestión del Dr. Pérez. En ese sentido podemos citar su política de seguridad, la de transporte a partir de la construcción del metrotranvía, la política de salud, la incompleta propuesta sobre la autarquía del Poder Judicial, y un déficit creciente en las cuentas públicas de la provincia.
Pero en éste caso, deseo poner sobre valor la decisión del Sr. Gobernador de sostener una línea trabajo que heredara de las gestiones anteriores, sin distinción de banderías políticas, convirtiéndose en una real política de estado: la integración del sector público y el privado en materia de desarrollo económico.
En ese sentido se enmarca la misión comercial organizada desde el Gobierno de Mendoza destinada a ingresar al mercado chino. Un mercado de más de mil millones de potenciales consumidores, con un INB per cápita (anteriormente PBI per cápita) de U$S 4.940.
Más aún teniendo en cuenta que China puede ser además la puerta de entrada de nuestra producción al mercado asiático, donde India, Corea, Vietnam, Taiwan, Singapur y hasta el mismo Japón, pueden convertirse en nuevos e importantes escenarios para nuestra economía.
En el mismo sentido, no hay que olvidar nuestra estratégica posición en el corredor bioceánico. Mendoza vende y puede acrecentar aún más su participación en la oferta de servicios para el mercado exportador del Mercosur, sobre todo aprovechando la próxima habilitación del tren trasandino, y la culminación de las obras del paso del Pehuenche, pórticos de valor inconmensurables en las relaciones comerciales, por su cercanía con los puertos del Océano Pacífico
Las misiones comerciales realizadas con ésta misma configuración no son nuevas. Quiero recordar que en cada uno de los últimos gobiernos se han realizado distintas excursiones comerciales hacia diferentes mercados. En cada oportunidad, las mismas se han realizado en conjunto con la Fundación Promendoza, la agencia que involucra al sector privado y al estatal, con la intención de llegar a los mercados internacionales con los productos del agro y la industria de Mendoza
En ésta última ocasión se suma además la participación de otra entidad dónde el interés privado se asocia con el Estado, hablamos de Wines of Argentina (WOFA) corporación de promoción vitivinícola, conformada por bodegas y representantes del gobierno de la provincia.
Estamos convencidos que las acciones realizadas desde el Gobierno de Mendoza y las organizaciones de capital mixto como las nombradas, son importantes para el crecimiento de nuestra economía. En este viaje de negocios participan no sólo los funcionarios del Gobierno de la Provincia, sino que además representantes de más de 45 bodegas.
En este sentido es importante destacar que el mercado potencial para nuestro vino es auspicioso, por cuanto el índice de consumo se considera de “(…) una botella de vino per cápita. No obstante, el mercado ha experimentado un crecimiento del 80% entre los años 2004 y 2009, alcanzando la octava posición en el ranking mundial de países consumidores de vino, debido principalmente a la cantidad de población en el país. Además se prevé un aumento del 40% entre 2011 y 2013.” (Fuente Promendoza).
Pero no sólo se intenta insertar nuestros productos en el mercado chino, se busca además la asistencia financiera y/o la asociación a fin de explotar nuestras áreas petroleras.
Es imperioso que el capital privado invierta, en forma sustentable, en la explotación de nuestro subsuelo. Por ello resulta de gran trascendencia la noticia, conocida hace horas, sobre la participación de la empresa China Petro Ap subsidiaria de la empresa de tecnología TCL la cual se presentará en las próximas licitaciones de áreas petroleras en Mendoza.
Además, el Gobernador Pérez, se reunió en Shanghai con autoridades de la principal institución bancaria de China el ICBC –el mayor del mundo por capitalización bursátil- que acaba de ingresar al mercado financiero argentino, a partir de la compra del Standard Bank, en la búsqueda de capital a fin de sostener el crecimiento provincial.
Por todo ello consideramos que ingresar al mercado asiático es imprescindible a fin de sostener una diversificación de nuestros potenciales mercados y fuentes de recursos, con el objetivo de dejar atrás la fuerte dependencia de nuestro principal socio en el Mercosur que, según datos del CEM, representa el 57% de las exportaciones: nos referimos a Brasil.
Esta verdadera política de estado nos ha permitido un crecimiento sostenido, a pesar de su desaceleración el último año. Las exportaciones de la provincia durante el período 2003-2010 han crecido por debajo del promedio nacional (83% vs. 125%). La participación en el total del país ha caído desde un 3,0% en el 2003 a un 2,5% en el 2010. Durante el año 2011 las exportaciones de Mendoza alcanzaron un total de U$S 1.846 millones, que representó un incremento del 10,6% respecto al año 2010.
En consecuencia, y si bien China puede resultar un país lejano y “extraño” por su cultura, su régimen político con limitaciones en la libertad individual de las personas, debemos comprender que sin embargo, en el contexto de un mundo cuyas economías se han globalizado, este país debería ser una misión inobjetable y hasta una obsesión de nuestras políticas públicas, asociadas con los sectores privados, para ampliar cualitativa y cuantitativamente las industrias productivas, en definitiva para la búsqueda de nuevos socios que hagan posible sostener el crecimiento y desarrollo de Mendoza.
Sergio Bruni
Pte. Instituto de Políticas Públicas (UCR)
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